11.3.14

Kia weli!

Lenguas amenazadas en el mundo (Endangered Languages Project)
Me fascinan los idiomas en general y siento una atracción especial hacia los que han sido maltratados por la historia, la sociedad o las circunstancias y luchan por hacerse conocer y respetar o incluso simplemente por sobrevivir. Puedo hablar algunos, he estudiado otros, conozco algo de la situación de algunos más. Y tengo el privilegio de haber podido conocer de cerca e incluso desde muy "dentro" los procesos de recuperación de dos en concreto: el euskera y el náhuat.

Los dialectos del euskera (vasco) (Wikipedia)

Creo que la historia del euskera es muy importante para el tema de la recuperación de lenguas. No voy a decir que sea un caso paradigmático pero únicamente porque es probable que no exista tal cosa como un caso paradigmático de un proceso de recuperación lingüística: cada caso tiene sus propios rasgos, factores, variables, parámetros, condicionantes, y generalizar de un caso a otros siempre es arriesgado si no se hace con cuidado, con reservas y con un poco de respeto. Decir "haced esto con vuestra lengua, funcionó con la nuestra" es un procedimiento tan fiable, y no más, como un padre o una madre primeriza que aconseja a su amiga, "haz esto con tus niños, funcionó con el mío". Aún así tratamos de dar consejos y a veces incluso alguien los busca. Y bueno, no buscar los consejos de nadie y tratar de reinventar la rueda tampoco es siempre un buen método. Se suele decir que todos los progenitores acaban siendo expertos en el tema, para cuando los hijos ya han terminado de crecer y ya no necesitan de nuestra sabiduría. Tratándose de lenguas en peligro de extinción, en cambio, el no aceptar consejos derivados de otras experiencias afines puede tener consecuencias más nefastas. En la recuperación de una lengua, las oportunidades para "volverlo a intentar" no suelen ser infinitas. Esta oportunidad que hay ahora mismo podría ser la última. Si la cagamos, la cagamos. ¿Quién se atreve a no escuchar a nadie? Por desgracia, conozco a algunos que se atreven...

La expansion del castellano y el retroceso del euskera
a través de los últimos mil años (Wikipedia)
El caso del euskera es importante porque aunque sería muy atrevido anunciar que, definitivamente y permanentemente, el euskera hoy día está "fuera de peligro", tal vez podemos decir que tentativamente y provisionalmente sí lo está, y eso es mucho. Es mucho considerando cómo estaba el euskera y cuál parecía ser su futuro hace no tantos años: su desaparición inminente ya había sido anunciada, su tumba estaba preparada, la población urbana no lo tomaba en serio y lo ignoraba, el pueblo llano del campo que lo hablaba aún se avergonzaba de él, los que subían en la sociedad por haber adquirido riqueza, escolarizarse o trasladarse a la ciudad hacían esfuerzos para olvidar u ocultar su lengua materna y se negaban a transmitirla a sus hijos "para darles un mejor futuro". El país se estaba industrializando y modernizando, y todo parecía indicar que al vascuence como entonces se le llamaba no le quedaba mucho más tiempo en este mundo. ¡Error! No murió. No está muerto. No se está muriendo. Sigue luchando, eso sí, y esperamos que seguirá. Porque esta es una ley de la recuperación de lenguas:
Si la lengua no lucha, no sobrevivirá.
"Vive en euskera", mural en Zarautz firmado por Euskal
Herrian Euskaraz (una organización activista a favor de
la lengua vasca)
El caso del euskera es prueba de que una lengua amenazada sí se puede salvar. Pero eso no quiere decir que una lengua amenazada se salvará automáticamente. El euskera no se salvó automáticamente. No: se salvó a sí mismo, luchando. Por supuesto es una manera de hablar, porque una lengua no es una persona y no sabe luchar; quienes luchan son las personas y las comunidades. La comunidad lingüística es quien tendrá que luchar porque sobreviva su lengua, si quiere que esta sobreviva. Lo que pasa en el caso vasco es que el pueblo, la comunidad de la lengua euskera, los euskaldunes (hablantes) y los euskaltzales (amantes del euskera), quisieron luchar para salvar su lengua, y lo hicieron. Contra los pronósticos, contra las estadísticas, contra las teorías, contra la presión política, contra la marginación social, contra las razones económicas, contra las estrategias educativas, contra la discriminación legal, contra la persecución policial, contra la ley y contra el abandono y contra las mentalidades odiosas e incluso contra la pereza y la apatía de algunos, los vascos encontraron su voz, y la levantaron para decir: podemos hacer esto, vamos a hacerlo, no nos resignamos a perder lo que somos, necesitamos nuestra lengua y la vamos a recuperar. Y la han recuperado. Algunos creyeron que no se iba a poder. Pero entre todos, se pudo. Se pudo, lo cual demuestra que se puede. Y esta es, de todas las lecciones que puede enseñar la experiencia vasca sobre la recuperacion de una lengua, la más importante, la más poderosa y la más clara de todas: ¡Se puede! Ahal da! Kia weli!

Estoy convencido que el mayor enemigo que tienen las lenguas indígenas de las Américas hoy día es la creencia, o suposición, o mito de la inevitabilidad de su extinción. Ya se ha hecho el pronóstico. Cuando los expertos anuncian cuántos idiomas del mundo están destinados a desaparecer antes del fin del siglo actual todos sabemos que los primeros en desaparecer incluirán muchísimas lenguas indígenas, eso ni lo preguntamos, estamos tan convencidos que es así, parece obvio. Ya mentalmente se están cavando las tumbas de muchas de ellas. Pocos lo dudan. Hay mucha resignación. Esa resignación es una de las enfermedades que van a contribuir a su declive, su debilitamiento, y su muerte. Es una profecía que se autocumple, a self-fulfilling prophesy. Y la creencia general en estos casos ni siquiera es que esas lenguas van a morir y no se va a hacer nada para salvarlas, sino que, además, nada se puede hacer para salvarlas. No va a pasar como con el euskera.

"¡El náhuat florece!" Mural en Witzapan (o Santo Domingo
de Guzmán) por la organización Colectivo Tzuntecun 
Ejecat que trabaja a favor de la lengua náhuat
¿Y por qué no? ¿Acaso porque son lenguas indias? ¿Acaso porque están en el continente americano, no en Europa? ¿Porque los hablantes son pobres? ¿Porque no tienen recursos? ¿Alguien puede demostrar científicamente que alguno de estos factores o cualquier otro es una razón definitiva para dar el veredicto de que estas lenguas no se pueden salvar como se ha salvado el euskera? ¿Quién va a decidir si se puede o no se puede?

Lo que tengo claro es quién decidió, en el caso vasco, que sí se podía: el pueblo vasco decidió. No se quedó a la espera de que algún experto académico decretara si se podía o no, ¡no! El pueblo vio que estaba perdiendo su lengua y que peligraba con ella su identidad; dijo que no quería perder ni su lengua ni su identidad; entendió que ahora era su última oportunidad para actuar, y se dijo que se lo debía a sí mismo y a sus hijos y nietos; y de esa desesperación y de esa voluntad surgió la recuperación, fue el motor, era lo único que podía hacer que no muriera lo suyo y era todo lo que era necesario para que no muriera.

Y ese es el mensaje para divulgar el cual entre los pueblos de las Américas y del mundo entero nace este blog. Es un mensaje muy breve y muy, muy poderoso si se agarra con fuerza:
Kia weli!!

2 comentarios:

Alan dijo...

Pueden comentar, ¡en serio! In any language...

Anónimo dijo...

Parece un comun denominador de la extinción de las lenguas: la discriminacion de los grupos de poder hacia aquellos sometidos, caso particular la dictadura de franco hacia las lenguas de la pininsula iberica y la dictadura de martinez en el pequeño el salvador, considero que la mejor lucha contra este atropello prepotente es la lucha pacifica de al palabra, la palabra en el idioma materno esa voz que te dice hijo de quien eres y lo que te da la categoria de autenticidad sin caer el la superioridad (que igual se traduce en inferioridad) sino mas bien como un aporte a la sofia universal y al espiritu individual... por eso yo tambien digo... ¡si Se puede! Ahal da! Kia weli!