27.7.14

Sobre el náhuat, nahuahablantes y hablantes de náhuat

El náhuat está en un mal momento: se muere. Lleva más o menos alrededor de unos cien años en este mal momento, muriéndose.

Sí, cien, y es para redondear, porque no sé un número exacto, pero digo cien porque ya antes del fastidioso año 1932 cuando se cometió un holocausto contra el pueblo indígena que los estudiosos llaman "pipil", el pueblo del náhuat, su lengua ya andaba en problemas, el número de hablantes iba en declive, empezaba a ceder el paso al español. Esta fue la época en la que algunos pocos vieron el valor de la lengua autóctona del pueblo y empezaron los tímidos esfuerzos para evitar su pérdida completa.

Una página de la obra de Walter Lehmann,
que incluye una lista de apellidos de Izalco
Ahí tenemos por ejemplo al americanista alemán Walter Lehmann, quien entre 1907 y 1929 recorrió México y Centroamérica, además de Suramérica, apuntando los vocabularios de diferentes lenguas indígenas para compararlas y así legándonos unos documentos relativamente tempranos que incluyen 94 páginas que tienen que ver con el náhuat pipil. Tenemos por otro lado un libro de la misma época por un maestro de escuela en Nahuizalco, Próspero Arauz, El pipil de la región de los Izalcos (1ª parte / 2ª parte), que es otro valioso documento que ahora sirve a los estudiosos para recuperar algo más de conocimiento sobre la lengua. Tampoco vamos a olvidar, por supuesto, el libro de otro alemán, Leonhard Schultze Jena, quien visitó Izalco en los años 20 y conservó la mayor colección que tenemos de cuentos en náhuat. Luego vino la gran tragedia del '32, que trajo de la mano del gobierno militar salvadoreño masacres, persecución, genocidio y una secuela de miedo y terror, recuerdos indecibles de hechos inexcusables pero que no conviene olvidar por aquello de que quien olvida su historia está condenado a repetirla. Y también porque, si no sabemos echar la mirada hacia atrás, jamás sabremos entender dónde estamos, cómo llegamos y cuál es el camino a seguir. Finalmente, estas cosas no se pueden olvidar porque es un respeto que debemos a nuestros antepasados y prácticamente lo único que podemos hacer ya por ellos -- aparte de no abandonar su herencia cultural olvidando su vehículo básico que es la lengua que hablaban: el náhuat.

Página del glosario del libro de Próspero Arauz,
recopilado en los años 20 en Nahuizalco
pero sólo publicado unos 40 años más tarde
De eso quiero hablar. No de la historia aunque no la olvidamos; sino del futuro y qué podemos hacer para no perder lo que todavía no está perdido y para recuperarlo en lo posible. ¿Se puede salvar el náhuat? Unos dirán que no, otros querrán que sea que sí, y donde hay voluntad, ¿por qué no se va a poder? Pero, y es un pero muy grande, ¿cómo? Nadie tiene una respuesta fácil para esa pregunta y yo menos. Hay que buscar la forma y en eso estamos. Si existe el camino, hay que tratar de encontrarlo. Y en esa búsqueda tenemos que intentar evitar cometer grandes errores porque no nos queda mucho tiempo y no hay que desperdiciar las pocas oportunidades que nos quedan. Si no hacemos nada esto se acabó rápidamente. Sin embargo, es muy importante no dar palos a ciegas, ahora es cuando hay que usar la cabeza y pensar lo que hacemos para que pueda salir mínimamente bien. Ahí tiene que haber un debate abierto y constructivo entre los interesados en la recuperación del náhuat. Quiero aportar a ese debate y estimularlo. Aunque no tengo todas las respuestas, sé de algunas cosas que a toda costa no conviene que hagamos. Sé de unas creencias incorrectas que hay que desterrar si queremos avanzar porque si no tenemos cuidado pueden descarrilarnos y mandarnos a la cuneta. Así pues, aquí voy a hacer una lista de unas cuantas falacias, falsedades, errores o mentiras que hay que conocer para evitarlas porque no nos ayudarán a seguir por el camino hacia la recuperación de la lengua náhuat.

El náhuat lo va a salvar un hombre sobre un caballo blanco
La primera pregunta es: ¿Se va a salvar el náhuat?" y la respuesta es: No, el náhuat no se va a "salvar". Ese verbo "salvar" no tendría que estar en nuestro vocabulario. Ni "salvar" ni "rescatar", que es lo mismo. ¿Quién creemos que lo va a salvar? ¿Un hombre que llegará sobre un caballo blanco? ¿O tal vez todo un ejército de caballeros sobre caballos blancos? Pues no. No va a venir. No va a haber caballo blanco ni tampoco salvador. Quienes van a decidir si la lengua náhuat muere o sigue viva van a ser los nahuahablantes, es decir, los que hablan náhuat, y nadie más.

Esta es la primera cosa para aprender sobre la recuperación de una lengua, y puede ser una mala noticia o una noticia muy buena. Es mala porque no hay caballo blanco. Y es buena, porque no hace falta esperar al caballo, lo que hay que hacer es actuar porque está en nuestras manos. Actuar es la palabra clave ahí, porque por si alguien no lo sabe, el náhuat está embarcado en un camino hacia la perdición de forma casi inmediata (en lo que tarden en pasar de esta vida los últimos abuelitos y abuelitas), y eso es lo que pasará si no se actúa. Las acciones que nosotros ahora mismo podamos realizar, pues, son lo único que puede cambiar ese camino y evitarlo.

Pero no podemos estar tampoco en un estado continuo de balanceo sobre el borde del precipicio siempre a punto de desbarrancarnos, solamente a la espera de que la próxima generación tal vez pierda el ritmo, baje la guardia y la lengua se tambalee por el barranco del olvido, no. Hay que anticiparnos a los hechos y hacer algo para que ya no estemos en el mero borde del precipicio. El náhuat no sólo tiene que vivir un día más, sino recuperar fuerza. Eso es lo que llamamos recuperación del náhuat. La recuperación es el nuevo camino, el único camino que garantiza una verdadera supervivencia. Sí, es el único camino y depende de los y las que hablan la lengua y los y las que actúan para avanzar en la recuperación, y lo tenemos que hacer nosotros, no esperar que otro lo haga por nosotros.

Además, no es un hombre sobre un caballo blanco el que va a llegar a "salvar" o "rescatar" el náhuat, entre otras muchas razones, porque en todas las tareas de una recuperación no puede haber solamente hombres, sino mujeres también. No olvidemos que en la historia de la humanidad las mujeres han jugado siempre un gran papel en la transmisión de la cultura y la lengua, educar a la nueva generación y darle coherencia a la sociedad.

Olvidémonos pues del hombre del caballo blanco, y pongamos manos a la obra.

El náhuat nos lo robaron los blancos; ahora que pague su gobierno por su recuperación.
Creo que no me creería que alguien defendía este argumento si no lo hubiera comprobados con mis propios oídos, pero sí, parece que así piensan algunos.

Yo no niego la primera premisa, en cierto sentido: la lengua náhuat no se redujo a una lengua minoritaria, no reconocida y finalmente perseguida, amenazada y a punto de morir, por si sola, no: tuvo "ayuda", la sociedad y el régimen importado por los invasores europeos agredieron a los indígenas y desencadenó estas desgracias. Y es cierto, en mi opinión, que sus representantes hoy día todavía tienen una deuda moral por todas las cosas que tuvo que aguanatar este pueblo y las terribles pérdidas que ha sufrido.
  • El náhuat es de los nahuahablantes. ¿Y quiénes son los nahuahablantes?
No discuto eso. Lo que sí discuto es la idea descabellada de unos, que me contaron que ahora no es el pueblo indígena quien tiene que esforzarse por recuperar su idioma por su propia iniciativa y con sus propios recursos, sino que "el gobierno" tiene que pagarles por hacerlo. Una postura que decía en el fondo, con muy poco disimulo, "Gracias, pero no hace falta que recuperemos nuestro idioma, mejor nos quedamos con el pisto."

Aquí se ve la trampa, pero aunque no hubiera esa trampa, lo que tiene que estar claro es que es una cosa decir que moralmente el gobierno tiene una deuda y otra que la vaya a pagar, y aún otra que nosotros no hagamos nada por nuestra cuenta para recuperar nuestra lengua "hasta que nos paguen".

Nadie más va a recuperar el náhuat, solamente la comunidad del náhuat.

El náhuat solamente pertenece a los ancianos nahuahablantes.
El nahuahablante Genaro Ramírez ha insistido muchas veces en que no quiere que el náhuat se "conserve" detrás de una vitrina como en un museo, lo quiere vivo. Bien, ¿y qué quiere decir esto?

El náhuat es de los nahuahablantes: por supuesto. ¿Quiénes son los nahuahablantes? Los nahuahablantes son los que hablan náhuat. Y los que hablamos náhuat.

Ynes Masin, un hombre ciego de Izalco de hace
cien años que era la fuente de algunos de los cuentos
en náhuat del libro de Leonhard Schultze Jena que
hoy estudiamos los que aprendemos náhuat. Las
nuevas  generacionesos siempre han heredado la
cultura de sus abuelos. Los abuelos tienen que seguir
su camino, y los jóvenes lo que tienen que hacer
es asumir la responsabilidad, porque ahora les
toca a ellos ser los nuevos transmisores y la nueva
autoridad. Es bueno admirar a y aprender de los
abuelos pero no mitificarlos hasta el punto
de paralizarnos.
Es cierto que un nahuahablante nativo que aprendió el idioma de sus padres y abuelos de forma natural y ha conocido una sociedad, hoy ya desaparecida, donde el náhuat era el vehículo primario de la comunicación cotidiana en el pueblo y en la familia, no es lo mismos que una persona a quien no haya sido transmitido el náhuat de esa manera pero que por su esfuerzo consciente lo haya aprendido y ahora luche por cultivarlo y defenderlo. Y ni decir tiene que, por muchas razones, las y los "abuelas y abuelos nahuahablantes" son muy importantes.

También es cierto que quedan cada vez menos de ellos entre nosotros, son muy mayores y que ellos no transmitieron su lengua a sus hijos; incluso en muchos casos, ni a ellos se les fue transmitido plenamente y sus propios conocimientos del náhuat son algo limitados. Y de todas formas, lo que ellos pueden aportar al esfuerzo actual de recuperación es muy limitado en el caso de la mayoría de ellos, por su edad, por su condición e incluso por sus conocimientos. Entonces no hay que confundir las cosas y decir que el náhuat solamente les pertenece a los ancianos y a nadie más. Una cosa es que pertenezca a los nahuahablantes, pero a todos, las y los jóvenes también, y además a ellas y ellos en especial; porque sin ellas y ellos el náhuat no tiene absolutamente ningún futuro.

¿Qué es la diferencia entre guardar el náhuat como una pieza de museo detrás de una vitrina, y decir que el náhuat sólo es de los ancianos que dentro de pocos años, tristemente, se lo van a llevar a la tumba y se habrá acabado esta historia? En mi opinión ninguna. Además, la idea de que la lengua solamente pertenece a los ancianos es casi como decir que ya no es una lengua viva. Una lengua viva es hablada por todas las generaciones, no sólo por ancianos; las nuevas generaciones la aprenden, la adoptan y le dan nueva vida, y eso es lo que se llama una lengua viva. Si la lengua va a sobrevivir, y no sólo sobrevivir sino recuperarse, fortalecerse y volver a crecer, es absolutamente necesario que se haga esta transferencia de responsabilidades y que los nuevos hablantes se presenten y pongan el hombro para llevar el peso de la carga. Tienen que aprender la lengua, usarla ellos y darle vida viviendo en ella. Y a estos nuevos hablantes se les tiene que reconocer su importancia y su papel, tenemos que depender de sus aportaciones para llevar adelante el proceso, no pueden ser menospreciados ni sus opiniones se deben despreciar. Ellos pueden equivocarse, sí, pero ¿sabes una cosa? ¡Los ancianos también! Lo malo no es equivocarse, sino no actuar a tiempo.

El náhuat es de los nahuahablantes, y nahuahablantes somos los que hablamos náhuat.

Los abuelos han hecho su trabajo y se les respeta por ello. Y una manera de respetar a los abuelos es, recogiendo su tanate, seguir llevándolo por el camino, sin despreciar nuestra herencia. Sólo que ahora ya es nuestro tanate...

6 comentarios:

Héctor Cárcamo dijo...

totalmente de acuerdo...para recuperar el nahuat necesitamos a los abuelos y abuelas caminando junto con los nuevos y nuevas hablantes y reconocer que todos tenemos muchos que aprender los unos de los otros por las razones que se mencionan en este ensayo. Tenemos suerte de tener bastante bien documentada la gramatica y muchas de las formas originales del nahuat que los abuelos y abuelas han perdido pero aun se pueden recuperar. Pero estaran dispuestos a reconocer esto y aceptar un Nahuat estandard en el futuro? esto sera importante para ensenarlo a las futuras generaciones y que no se siga deteriorando...

Alan dijo...

Gracias por tu comentario Shikutzin. Así es. Para intentar contestar tu pregunta: una cosa que nos enseña la experiencia de otras lenguas es que un proceso de estandarización jamás se logra en un solo paso repentino de la nocha a la mañana. La aceptación por una comunidad de una nueva norma ortográfica, por ejemplo, se consigue gradualmente: primero unos, luego otros; primero con algunos recelos, luego con menos; a veces surge oposición en algunos sectores en un momento dado pero con el tiempo esas voces se acallan. Ya que es así y no es una cosa de blanco y negro, no veo como podemos responder objetiva y literalmente a la pregunta que planeas de si los abuelos y abuelas estarán dispuestos a aceptar un náhuat estándard. Además no olvidemos que sólo una minoría pequeña de ellos están alfabetizados: el resto no podrán opinar ni sí ni no porque no les afecta y desconocen el problema. Segundo, no tienen preparación técnica para abordar las cuestiones. Tercero, ya que no escriben ni leen, no van a usar la ortografía, y la verdadera prueba de una ortografía estandarizada no es lo que se discute sino lo que se hace. Se vota con la mano, como si dijéramos, o sea, a través de la práctica cuando la gente escribe es como sabemos si se acepta o no, en realidad, la ortografía propuesta. Por todas estas razones, creo que en la cuestión de la estandarización ortográfica la decisión realmente no va a ser de los abuelos sino de las nuevas generaciones, y por lo tanto, es su responsabilidad. La manera que yo veo de hacer participar a los abuelos en esa decisión es por medio de la internalización por parte de los jóvenes de los conocimientos de los abuelos, para que jóvenes sean capaces de "votar en nombre de los abuelos". ¿Esto cómo se logra? Aprendiendo y estudiando lo más profundamente que cada uno pueda todo lo se logra saber del náhuat de los abuelos. Claro que los abuelos están presentes en todo esto en la medida en que todo lo que realmente sabemos del náhuat viene de ellos, no hay otra fuente. El único peligro es que desconozcamos el náhuat de los abuelos por negarnos a aprender.

Magnus Pharao Hansen dijo...

Siento que brincas unos pasos problemáticos en tu argumentación, Alan. Primeramente no figura el concepto de etnicidad en tu análisis, ni la cuestión de la comunidad étnica como los dueños de la lengua.

Por ejemplo tal vez no importa el color del caballo, pero el color del hombre, si me perdonas la alusión racial. El Nawat llegó en la posición difícil en que está ahora por opresión colonial y discriminación racial y étnico en contra de sus hablantes. No sería pertinente asegurarse que el proceso de revitalización de la lengua no sería una repetición de este mismo proyecto. Por ejemplo si los nuevos hablantes no pertenecen a la misma comunidad de los hablantes pero vienen de fuera, aprenden la lengua y se consideran entonces dueños de ella, ¿cómo difiere entonces eso de cualquier otro proceso de apropiación colonial de los recursos indígenas? Esto sería la consecuencia de considerar que los que hablamos Nawat somos los nahuahablantes y la lengua nos pertenece. Lá comunidad de hablantes y sus familias no-hablantes serían despojado de su herencia lingüística, y las personas citadinas con internet y estudios universitarias serían los nuevos dueños y custodios de la lengua.

Depende un poco de por que es que valoramos la lengua. Si consideramos que la lengua es valioso en si, entonces tal vez no importa quienes lo hablan, pero lo importante es que se siga hablando. No estoy de acuerdo con esa forma de pensar. Para mi las lenguas son valiosos si ayudan a un pueblo a identificarse y a comunicarse, y a experimentar el mundo de su propia forma. Entonces no estoy seguro de que es lo que se ganaría produciendo nuevos hablantes, a menos que ellos pertenecen a la comunidad de étnica de los hablantes y forman una continuidad real de identidad con ellos. No se si eso es el caso con el Pipil (en otros discusiones me has dicho que si), pero en esta pieza evitas totalmente este tema complicado del proceso de revitalización. Quisiera leer tu punto de vista acerca de estas cosas, quizás en otro post.

Héctor Cárcamo dijo...

el comentario de Magnus me recuerda algo que me preocupa bastante: corremos el riesgo de que tengamos un Nahuat estandard que sea una lengua clasica como el Latin y ya no sea hablada por los Pipiles o que ellos/ellas hablen una variante moderna donde se hayan perdido muchos razgos de la lengua original segun esta plasmada en los libros y la cual se conserve en la estandarizada (academica!). que piensas sobre esto Alan?

Anónimo dijo...

Una de las buenas razones que los extranjeros al pueblo nahuablante aprendamos nahuat es hecho de crear impacto en la misma comunidad nahuablante. Hace 1 semana un grupo de extranjeros no originarios estuvimos en territorio natural de nahuablantes y algo que un nahuablante como lengua materna explico es el hacho que los de afuera se estan interesando más por conservar el idioma, mientras los lugareños estan fríos según su análisis, aunque es un comentario que a primera vista habla del desinterés al náhuat de los familiares de los nahuablantes, también resulta importante que éste nahuablante en su imagen mental ve un reto a superar -el hecho que los de la comunidad se apropien más de su idioma-
como neohablante me siento dueño de lo tengo, no mas dueño que otro que nació hablándolo de mamá, sino uno más que puede aportar e intercambiar conocimientos con otros o simplemente despertando el interes de aquellos lugareños que al vernos -como los de afuera- sientan un leve reto de encontrar lo que siempre han tenido en casa.
TE KEMAN KANKA WITZ NE NAWAT SU TEJEMET TITAKETZAT - NE EJEJKUNIMET- NE CHANEJKET YAWIT TAKETZAT MAS!

Anónimo dijo...

Ahora revisando por las web y redes sociales he visto que hay un "boom" en esto de la recuperación del idioma nahuat, he visto que hay varias agrupaciones, talleres y materiales donde aprender, a comparación de hace unos 10 años esto no existía, asi que no creo que haya un revés en la recuperación del idioma nahuat porque ya hay mucho interés también de la gente, por ejemplo supe de una escuela en occidente hace unos meses y llegaron alrededor de 40 personas que se mantienen, esto son cosas que tenemos que tener presente a la hora de dar una opinión, por mi parte creo que el nahuat va por buen camino con todos estos esfuerzos que estos grupos o colectivos están realizando.
Me parece muy pésimista el argumento del caballo blanco, porque según veo existen varias agrupaciones que están trabajando en ello y que bueno que sea la misma gente la que se interese y no gente del exterior como siempre ha ocurrido,
Que conoce mas el Maya un Alemán que la misma población maya, todo eso veo que va cambiando y es buena noticia.
Al contrario veo que hay mucha esperanza, mucho interés de las nuevas generaciones y en mi caso particular.

Muchos quieren que el pasado sea olvidado, porque les conviene, hay que hacer memoria de pasado para reconstruir el futuro

Aunque pueda haber personas que lo que buscan es lucrarse, no asi se puede generalizar, muchos lo harán por que en verdad lo hacen por pasión.
Y correcto el nahuat es de todos. Pero el papel de los ancianos y ancianas es también fundamental, un pilar para que dicha recuperación se consolide, no se puede dejar de lado a ellos de exprimirles el jugo y después hacerlos a un lado, nó, también son parte fundamental en esta recuperación del idioma nahuat y que bueno que se esté trabajando en ello en El Salvador.